- Cansancio. Hay una sensación continua la falta de energía y de vitalidad, la persona, aun descansado, no logra recuperarse.
- Malestar emocional, cuando la sensación de desbordamiento es intensa puede surgir la frustración, tristeza y ansiedad, pero también irritabilidad incluso puede parecer que todo nos molesta.
- Falta de motivación y apatía, cualquier tarea puede parecer abrumadora, no se siente entusiasmo ni iteres por casi nada.
- Problemas cognitivos, son frecuentes los problemas de concentración, de atención y de memoria. Cuando una persona esta estresada, su mente está centrada exclusivamente en la fuente de estrés, que percibe como amenaza a corto plazo, esto ayuda a solucionar el problema al centrar toda la atención en él, pero cuando el estrés es crónico, afecta la habilidad para tomar decisiones, recordar cosas, pensar o funcionar con normalidad.
- Disminución del rendimiento, como consecuencia de lo anterior, el rendimiento en el trabajo, estudios o tareas habituales, con bastante frecuencia, disminuye
- Problemas de salud, pueden aparecer diferentes síntomas físicos como dolor de cabeza, dolores musculares, problemas digestivos, depresión, etc.
- Conductas perjudiciales, algunas personas recurren a estrategias poco saludables para afrontar su situación, como beber en exceso, fumar demasiado, comer compulsivamente, dejar de hacer ejercicio, recurrir a la automedicación, tomar demasiado café.
Cuando una persona llega a este punto lo más probable es que dedique una gran cantidad de energía mental a dar vueltas sobre el cómo, por qué y el cuándo de lo sucedido, es decir a buscar una explicación sobre porque de esa situación.
Lo recomendable s es reconocer las señales del agotamiento y darte tiempo para reflexionar, descansar y cuidarte. Aprende a tomas las cosas con más calma y pide ayuda si es necesario.