Técnicas para modificar la conducta rebelde en los niños (PARTE II)

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Cuando se trata de modificar conductas en niños, son muchos los padres que se sienten perdidos. Otra de las técnicas para que los niños controlen o corrijan comportamientos antisociales son:

3. Modelamiento.

Esta técnica para modificar la conducta, consiste en imitar a la otra persona haciendo exactamente lo mismo que ha hecho ella.

Un ejemplo en el que podemos utilizar esta técnica de modificación de conductas, es a la hora de enseñar al niño una nueva habilidad, como puede ser, por ejemplo, poner la mesa. Primero la madre o el padre debe realizar la tarea explicando cada paso que da, desde poner el mantel hasta sentarse a esperar la comida. Para ello, debe explicárselo al niño de la manera más didáctica posible para que preste atención.

Si el pequeño se equivocará en algo es bueno no reprenderle y esperar a ver si a la siguiente vez consigue acordarse de lo que anteriormente no había hecho bien. 

4. Economía de fichas.

Se trata de establecer un sistema de recompensas en el cuál, para obtener un premio (comida favorita, juguete , etc…) deberá desarrollar determinadas conductas deseadas (los deberes, ordenar su habitación, lavarse los dientes, ayudar a poner la mesa, etc…) y dejar de hacer otras que deben concretarse.

Un ejemplo, cada vez que el pequeño realiza la conducta deseada se le entregará inmediatamente un reforzador (fichas, puntos, etc…) el niño irá recogiendo estas recompensas hasta llegar al número que hemos determinado, momento en el que le entregaremos el premio final. Lo importante de esta estrategia para modificar la conducta, es que el niño se de cuenta de que obtiene muchos más beneficios y privilegios cuando se comporta de forma adecuada.

Es importante que contemos con una pizarra o cartulina que esté visible para todos los miembros de la familia, donde se pueda ver el estado de los puntos obtenidos semanalmente. Debemos fijar y pactar de antemano los premios que entregaremos. Deben ser recompensas claras y que resulten realmente atractivas para el niño, y deben aparecer reflejadas en la pizarra.

Cada vez que entreguemos una ficha o punto, debemos acompañarlo de comentarios positivos “Estoy muy contento porque te has esforzado”.

El bienestar y desarrollo conductual en la infancia, depende de los padres y educadores. Los niños no responden como los adultos, por lo que siempre debe adaptarse todas las modificaciones de conducta a lo que ellos necesiten.