Cuando te subes a un avión lo primero que te dicen es que en caso de que se requiera oxigeno te pongas primero a ti mismo, para luego socorrer al de tu lado. En las clases de primeros auxilios te enseñan a proteger tu vida, para luego socorrer a los demás, pero en la vida cotidiana siempre pensamos en el otro antes que en nosotros mismos.
La psicóloga Viviana Ríos nos menciona que una persona requiere tomar el control y hacerse cargo de sí mismo: desde la simple idea de controlar lo que come, bebe, escucha, mira, siente, etc. Este trabajo para con uno mismo es retador, conlleva tiempo y pasión.
Toda vez que una persona alcanza un nivel de auténtico de cuidado para con uno mismo, es capaz de ofrecerle a los demás un te amo como a mí me amo, un agradecimiento como yo me agradezco, una escucha como yo me escucho, una buena conexión como yo me conecto conmigo mismo y un sin fin de regalos, como los que uno se brinda día a día.
De esa manera no es egoísta el priorizarse uno mismo, por el contrario es vital para uno y congruente para con su entorno. La experta menciona que hay más ventajas que desventajas el que uno se priorice; en el sentido que desarrollas un instinto necesario para descubrir oportunidades donde otros no ven nada.
Empiezas a ver todo lo que tienes en tu interior y depende de ti el poder explotarlo y desarrollarlo al máximo. De esta manera, te das cuenta de que la vida obtiene un sentido de infinitas posibilidades que antes no tenía.
Reflexión y auto/terapia
Tres ejercicios para aumentar tu amor propio,
1. Reconócete: ¡Párate frente al espejo y responde estas preguntas!
- ¿He mirado realmente al ser humano que soy o solo la persona que creo que soy?
- ¿Cómo me trato es como merezco ser tratada?
- ¿Me respeto lo suficiente?
2. Valórate: Haz una lista de las cualidades que tienes, solo escribe no las justifiques
3. Recuerda tu niño interior: Retoma las cosas que te hacían feliz de niño y vuelva hacerlas